Antes de cualquier cirugía plástica, sea estética o reconstructiva, es fundamental brindar herramientas al paciente para su propio cuidado. La seguridad en la cirugía plástica es una responsabilidad compartida. Por eso resulta fundamental entablar un vínculo entre paciente y cirujano que permita un diálogo fluido. Pues no se trata sólo de brindar información. Sino también de conocer las preocupaciones, preferencias, necesidades, limitaciones y disposición del paciente.

Cómo elegir al médico cirujano

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El primer paso para que este vínculo se genere es elegir al médico cirujano con total confianza. Más allá de las recomendaciones que sus amistades o familiares, es importante acudir a un cirujano que cuente con  certificaciones, experiencia y trabajos realizados en la materia.

Esta información se suele encontrar  en la misma web del médico, es de público conocimiento. Compruebe que lo que ofrece concuerde con su preparación profesional. Además de ser médico y cirujano, debe mencionar el certificado de la especialización como cirujano plástico, reconstructivo y estético.

Una vez encontrado, valora la atención personalizada. La escucha atenta y la opinión honesta del profesional son valores muy importantes en estos momentos a nivel mundial, cuando surgen intereses netamente comerciales por parte de algunos médicos y dejan esta responsabilidad de lado.

Conocer a quién realizará la cirugía y te acompañará en este paso es fundamental para que te sientas seguro/ra al momento de la operación.

Las expectativas y la ansiedad pre quirúrgicas.

Las expectativas suelen generar ansiedad, porque van más allá de lo que podemos ver, y la mayoría de las veces suelen ser poco realistas. El problema es que si el  resultado es menos ventajoso que lo que se esperaba puede ocasionar una frustración o decepción. Para evitar esto último, es que hacemos hincapié en la confianza con el médico cirujano.

Las cirugías suelen despertar miedos en algunas personas, y por vergüenza a preguntarle al médico, se cae así en un primer error: buscar en  internet información excesiva. Probablemente encuentren excelentes fuentes, pero no todo lo que lee es posible trasladarlo al caso particular de cada persona. Por eso, ante cualquier duda, nuevamente converse con su médico.

Otro consejo útil para disminuir la ansiedad y evitar confusiones, es tener la posibilidad de estar acompañado de un familiar en algunas consultas. En esos casos, si le ganan los nervios, y si hay algo que no recuerda consultar, su acompañante podrá recordarselo.  

Algunos tips para evitar la ansiedad pre cirugía:

  • No solicite acelerar ni postergar demasiado la intervención. Respetar ese lapso en el tiempo que permite elaborar adecuadamente el proceso.
  • Evite pensar todo el tiempo en la operación con metas de corto plazo: qué hacer la semana antes, dos días antes, la noche antes. Actividades que le distraigan.
  • Una semana antes deje arreglado todo lo que tenga que ver con papeles, vencimientos y otras cuestiones que se superpongan con la fecha de la intervención.
  • Dos o tres días antes prepare el bolso. Según la propia personalidad, puede optar entre hacerlo uno mismo o dejar que lo haga otro.
  • Si la estadía va a prolongarse, puede incluir algún elemento que no tenga que ver sólo con lo necesario , sino también con cosas placenteras: un libro, revistas, auriculares para escuchar música.
  • Tenga en cuenta a quién le va a avisar de la intervención, y si quiere ser visitado o no. Comunicarlo entre sus allegados.
  • En caso de mucha ansiedad, un amigo o familiar puede acompañarlo hasta la entrada al quirófano.
  • Sobre todo no vea programas o videos relativos con la temática hospitalaria.

Otra de las claves para su tranquilidad antes de la cirugía es conocer el lugar donde se realizará la cirugía. El sitio que corresponde es el quirófano de un sanatorio o clínica habilitada para tal fin. Allí se garantiza el cumplimiento de las normas de higiene correspondientes: temperatura y humedad ambiental óptima,  el uso de ropa quirúrgica (el gorro, los guantes, la mascarilla), sistema de limpieza y desinfección frecuente, proceso de esterilización del instrumental. Asimismo allí contará con un equipo médico durante la operación, entre los cuales el médico anestesiólogo.

Prevenir es asumir la responsabilidad compartida

Una de las nuevas formas de ver la prevención en salud es  aquella que centra su atención en la reducción de riesgos. Esto permite al paciente visualizar aquello que en su vida cotidiana, ya sean hábitos o rutinas, lo acercan al problema que está intentando prevenir. En cuanto al postoperatorio de la cirugía: las posibles infecciones. Se trata de aceptar el riesgo, pero reducirlo al mínimo mediante acciones concretas.

Las infecciones son prevenibles. Se trabaja con protocolos para que los pacientes no tengan riesgos o que se disminuyan sus riesgos. Por ejemplo, cambiar hábitos alimenticios, suspender el consumo activo o pasivo de cigarrillo convencional y electrónico,  preparar el lugar de descanso para dormir bien antes y después de la operación, conseguir insumos requeridos como la faja postquirúrgica, etc.

Prevenir es asumir la responsabilidad compartida

Este vínculo entre médico y paciente no concluye inmediatamente finaliza la cirugía, sino que se realiza un seguimiento del paciente. El cuidado postoperatorio es una parte muy importante del proceso de la cirugía.

En esta etapa se suelen hacer curaciones entre las 24 y 48 horas próximas al alta. Luego, controles semanales cada vez más esporádicos. Son medidas básicas: proteger la herida de movimientos bruscos, seguir al pie de la letra el reposo y recomendaciones del profesional, y, dependiendo del tratamiento, se realizan masajes que aceleran la reabsorción de edemas y disminuyen la inflamación.