Los mejores candidatos para una rinoplastia son los que buscan una mejoría en su aspecto, no la perfección.
Para realizar esta cirugía, es preferible esperar el desarrollo completo de la nariz, por lo cual es conveniente esperar como mínimo hasta los 15 años en las mujeres y un poco más en los hombres.
En la mayoría de los casos utilizamos anestesia general o local sumada a una sedación proporcionada por el médico anestesiólogo.
La cirugía es ambulatoria y usualmente nos demoramos de 1 a 2 horas.
Luego del tiempo de recuperación postoperatoria, puede retirarse a su domicilio.
Todos los pacientes deben realizar estudios preoperatorios y evaluamos los riesgos específicos de cada uno de ellos.
A menudo reparamos el septum o tabique nasal, para solucionar los trastornos en la función ventilatoria si es que existen.
Dejamos una pequeña férula de protección durante 7 días, pero el paciente puede retomar su actividad habitual, sin realizar esfuerzos, a los 4 días de operado. No obstante, se debe tener presente que el resultado final, demora varios meses.
Pueden suceder complicaciones como sangrado o infección, pero son infrecuentes, especialmente si el paciente sigue correctamente las recomendaciones postoperatorias.
También existe la posibilidad de tener que proceder a un retoque quirúrgico, para corregir mínimas deformaciones postoperatorias que suelen ocurrir aún en manos de cirujanos experimentados.
Es habitual asociar a la rinoplastia una cirugía de mentón, (de aumento o reducción), con la intención de obtener un mejor resultado estético.